miércoles, mayo 21

Sí!, la colgó en el ángulo!

Todos sabemos que en otros aspectos de la vida él ya la había colgado en el ángulo, que tiene una familia divina, que está estrenando casa totalmente equipada de primer nivel, que es la cabeza de un pujante negocio que de a poco se codea con los “Fulano” o “Mengano” Pérez, o los Agro no se qué, o los no se cuánto ciclo y sus ciclo cuotas, pero nadie en su sano juicio, ningún ser pensante, habría imaginado, ni siquiera los más arriesgados guionistas de las más desopilantes comedias de humor, que de un guadañazo totalmente falto de estética deportiva, impulsado por quien sabe que bajos pensares, iría a convertirse (sin temor a equivocarme) en el gol de la noche. Este gol de la noche, abrió un portal a un universo paralelo, en el que las victorias son derrotas, las virtudes son defectos, se lamentan éxitos y se abrazan los más mancos (como pueden)… Osvaldo Rodrigo Olivera Herrera la colgó del ángulo, y significó un justo 3 - 8 en la hora, pero desde lo más profundo de los corazones del Alikal, nació un alarido, hijo de la unión del equipo y lo exuberantemente desprolijo del ensayo del “shoot”, que opacó lo adverso del resultado, la profundidad de la mala racha, las caras largas de los parciales y las ganas (abundantes, sobradas) de estar en el living de la casa tomando un buen vino y atizando la estufa. La anécdota seguirá creciendo, se nutrirá de detalles, reales y de los otros, recordaremos que el gol acabó con el partido (literal, después del gol se terminó el partido), todos aportaremos nuestro punto de vista y lo que nos provocó y, finalmente, todos estaremos podridos de escuchar la misma anécdota (como nos pasó con la herradura y la saga del pardo y el gato), pero la felicidad de ver a un amigo, ese viernes a la noche, muy cerquita de las 12 (cuando se le va el encanto a la princesa y salen los cotorromonios a la calle), metiendo semejante bombazo en el rincón más angular del ángulo (si se me permite la burrada) no lo paga nadie, no hay valor que lo equipare ni ciclo cuotas que lo financien; y en el universo paralelo de alegrías inexplicables en el que nos sumergimos los presentes, solo nos quedó la chance de festejar, de olvidarnos de todo y festejar, y seguir festejando que la ficción se entrelazó con la realidad y un buen día el olmo dio una hermosa pera. (Por el poeta Rodrigo Abreu)